¡Hola!, soy Marina
Soy terapeuta transgeneracional – sistémica experta en relaciones tóxicas, maestra de Registros Akáshicos y cirugía astral.
Antes de llegar a esto, me han pasado muchas cosas… te cuento:
Recuerdo perfectamente el momento en que todo se desmoronó. Me ví atrapada en un trabajo que no me gustaba, llenando vacíos con una pareja tras otra.
A los 26 años, descubrí: que tenía terror absoluto a la soledad, que jamás en mi vida había estado sola, que era una Salvadora de manual y había creado relaciones codependientes y tóxicas desde los 14. Lo que los demás veían de mí era todo lo contrario: una chica fuerte, poderosa, segura, independiente, empoderada, con la autoestima y la confianza por las nubes, capaz de comerse el mundo… nada más lejos de la realidad.
Me sentía totalmente sola, vacía y abandonada. ¿Te ha pasado?
En 2019, tomé conciencia de mis heridas emocionales: los patrones limitantes que había estado repitiendo, las creencias que me decían: “te vas a quedar sola”, “no eres suficiente”, “esfuérzate más por gustar, por ser la mejor”, las carencias enormes de abandono y humillación que me habían llevado a crear relaciones de enganche y alto sufrimiento.

Fue un despertar doloroso, pero liberador.
Sabía que tenía que hacer algo con todo lo que me estaba pasando. ¡Yo no estaba en la vida para esto!
La transformación llegó de la mano de procesos de terapia muy profundos, de muchísimo trabajo interno y formaciones. Y por fin, un año después, empecé a ver cambios en mí: empezaba a poner límites, a saber dónde no tenía que estar e irme, a darme lo que necesitaba en vez de buscarlo en otras personas, a pasar tiempo conmigo y disfrutarlo, a cuidar de mí, a identificar lo qué sentía… En definitiva, pude estar en paz.
2020, fue el año en el que dejé el trabajo que odiaba por la misión que llenaba mi corazón: acompañar a otras mujeres a sanar sus heridas emocionales, fortalecer su autoestima y crear relaciones sanas.
Durante los años siguientes, viví dos relaciones sanas que iban reflejando quién era yo ese momento. Tuve grandes aprendizajes, el más importante: no te conformes.
2022 fue el año de la magia. Me formé como facilitadora de Registros Akáshicos (hoy, soy maestra y tengo mi propia escuela) y cirugía astral. Deseaba muchísimo crear un cambio transformador y potente.
Fue en 2023 cuando conocí a P., nos enamoramos al instante. Los dos teníamos clarísimo lo que buscábamos en una pareja y nos reconocíamos el uno en el otro. Fue la primera vez que sentí que podía vivir una relación adulta, expansiva y con la ilusión de ser familia.

Mi terror a la soledad se había esfumado, sentía que recibía igual o más que lo que yo daba y que realmente P. me admiraba, confiaba en mí y sabía de mi poder creador. No me limitaba, todo lo contrario: me daba impulso para ser más yo.
Desde el primer día, decidimos elegirnos y trabajar en nosotros constantemente. Esta relación refleja el trabajo interno de tantos años, ahora vivo en el amor ilimitado, honesto, profundo y pleno.
Siento que estoy en mi vida ideal: en mi casa viendo el mar a diario, con el mejor compañero que podría tener, enamorada de mi profesión y con salud para recorrer el mundo y llenarme de aventuras.
Han sido años de verdadera transformación. Siento que he podido liberarme de bloqueos energéticos, miedos y limitaciones muy profundas para expandir mi energía hacia mi propósito, mi vida y mi negocio.
Mi enfoque les permite crear una autoestima profunda y relaciones sanas para vivir en plenitud y expansión.
Hoy, acompaño a mujeres que quieren crear una vida plena y expansiva integrando terapias energéticas – emocionales y formaciones.
¿Te atreves a trabajar en ti y vivir una vida más plena y alineada con tus deseos?
Estoy aquí para acompañarte en tu proceso de transformación.